
La fragilidad en lo político se quiebra con el poder de la verdad
El texto reflexiona sobre cómo la política actual ha perdido su capacidad discursiva de confrontación real debido a un fenómeno que conlleva a una cautela excesivamente cuidadosa en el uso del lenguaje. De cara a las futuras elecciones, el autor advierte que la permeabilidad de lo blando en la política desactiva su poder transformador y disruptivo afectando su capacidad de interpelar y denunciar injusticias, por lo cual, es preciso liberar la palabra.